El coaching para el comercio, será uno de los contenidos que tratemos en nuestro curso de Comercio Digital Internacional.
El coaching es una forma de análisis muy efectiva que nos puede ayudar en el proceso de construcción. Esta técnica defiende que nosotros mismos somos capaces de llegar a las mejores soluciones desde el análisis que hagamos al tratar de responder a las preguntas adecuadas. Por tanto, la solución está en nuestras manos y podremos alcanzar la cumbre siempre y cuando nos acompañe en la ascensión un sherpa que oriente nuestras propias decisiones. No se trata por tanto de indicar el camino, más bien consiste en hacer las preguntas en la encrucijada para que nosotros mismos elijamos el sendero que nos conducirá al objetivo que perseguimos.
Podemos comenzar haciendo un análisis interno para identificar fortalezas y debilidades, conocer los rasgos que te definen para dar un mejor soporte a la actuación competitiva.
Definiendo un perfil estratégico podemos observar el comportamiento de las variables y la alineación de las mismas con nuestros propios objetivos.
Ken Robinson en su obra “El Elemento” defiende que la mejor forma de llegar a la autorrealización que postulaba Maslow, es encontrar “el elemento”. Este elemento es el lugar donde se une lo que más me gusta hacer y lo que hago mejor.
Por tanto debemos comenzar haciendo un análisis introspectivo y buscar dentro de nosotros mismos lo que realmente nos llena, con lo que más disfrutamos.
Para ello suele ser útil hacerse y hacer una serie de preguntas.
¿Qué puedo hacer durante horas, el tiempo pasa muy rápido y pierdo la noción del tiempo? Debes buscar más de una respuesta y ordenarlas.
Ahora vamos a tratar de saber ¿qué hacemos mejor? Para ello podemos preguntarnos a nosotros mismos, pero sirve también la opinión de los que nos rodean. Escribe en un papel lo que crees que piensan de ti las personas de tu entorno y a continuación pide a tu pareja, amigos o familiares que escriban lo que piensan de ti, lo que te defina, escribiendo lo que crean que hacemos bien y qué hacemos menos bien.
Con este ejercicio podemos establecer los puntos de partida y revelaran lo que nuestro entorno piensa de nosotros. No es determinante, ni debe serlo, pero ayuda.
Cuando hayamos encontrado algunas de las cosas que nos gustan y que hacemos bien, vamos a pensar de qué forma esta habilidad que tengo y en la que no me importa emplear mi tiempo y esfuerzo, puede ayudar a la sociedad. Sin preocuparnos de momento en la rentabilidad de la actividad, solo en las necesidades que podría satisfacer.
Juande Marín
Profesor de Marketing digital, divulgador de inteligencia artificial y neuroeducación. Especializado en posicionamiento en buscadores y diseño web. Autor de varios libros relacionados con el comercio electrónico y el marketing digital (McGraw Hill, Paraninfo,…) Juande2marin